Si consideramos que la educación ambiental sobre incendios forestales debe ser algo extraordinario, corremos el peligro de no abordar este fenómeno con la seriedad que merece.
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Vivimos en una región donde los incendios forestales son una constante durante todo el año. Nuestro entorno, más allá de las ciudades, está cubierto de vegetación que, en mayor o menor medida, puede arder.
Aunque esta afirmación debería ser sencilla de comprender, al hablar de educación ambiental, tendemos a tratar el concepto de incendios forestales como algo extraordinario, mencionándolo únicamente para hacer referencia al caos, la destrucción y el daño.
Desde esta perspectiva, resulta complicado concienciar y establecer un vínculo social y educativo que se enfoque en comprender el papel del fuego en el ecosistema y, por supuesto, en la evolución que este elemento ha tenido para los homínidos.
Si profundizamos en los currículos educativos de nuestro sistema o en muchas estrategias de educación ambiental observaremos que todo se enmascara con generalidades, sin entender que lo importante debe de centrarse en aquello que te rodea y lo que ocurre en lugar donde vives. Y si los incendios forestales son un fenómeno recurrente, no debería quedar otra opción que trabajar este factor desde edades tempranas como parte del conocimiento que se necesita del territorio.
No se trata únicamente de "hablar de nuestro libro", como solía decir el escritor Paco Umbral en un programa de televisión; es fundamental abordar conceptos como el de los incendios forestales desde un enfoque transversal, donde se entienda que estos, no son meras llamas que consumen combustible, sino que están profundamente relacionados con el ecosistema, la biodiversidad, la economía y el desarrollo social en los territorios y además provocan emergencias de protección civil que deben de ser atendidas para evitar perdidas humanas.
Como he comentado en la introducción, si no abordamos adecuadamente la concienciación social y educativa sobre los incendios forestales, corremos el riesgo de que la sociedad, en su conjunto, no esté preparada para afrontar los eventos que puedan ocurrir en el futuro.
Como ejemplo de esa conciencia de lugar y del valor por el territorio, Ana Campos, profesora de Historia y Geografía del IES Beneche de Yeste, lleva varios años acercando la problemática de los incendios forestales al alumnado del instituto.
El pasado 9 de julio de 2025 visitaron el C.C.E. de Molinicos, varias clases suyas, acompañadas por Carlos, profesor de Biología. ¿Quiénes mejor que ellos, docentes nativos de la comarca y comprometidos con su entorno, para impulsar una iniciativa como esta?
La jornada fue completa y enriquecedora, para los chavales/as y los profes, también para nosotros como anfitriones, sientes que también estás ejerciendo tu trabajo como bombero forestal, sientes que es muy necesario que la sociedad conozca lo que hacemos y que nadie mejor que nosotros para contarlo.
A LA TARDE SONÓ LA SIRENA, COMPLETANDO EL DÍA!!!
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