Como si de una religión se tratase, cada año, antes de empezar la campaña de incendios forestales, me gusta subir al Calar de la Sima para agradecer y pedir protección para el verano.
Calar de la Sima, la montaña más alta de mi pueblo, Plañel, es un macizo calcáreo que se encuentra entre Albacete y Jaé, en el municipio de Yeste, una montaña que siempre ha formado parte de mi vida. Es esa montaña a la que siempre quieres llegar, como si fuese inalcanzable. Esa que te permite no ser nadie y, al mismo tiempo, da sentido a todo lo que uno es. Es la montaña que te conecta con los primeros pasos de la vida, cuando aún eras casi un niño y tu abuelo te acompañaba, mostrándote todo lo que había vivido en ella, donde uno aprendió a mirar el paisaje con otros ojos, a sentir eltiempo y el valor de las raíces.
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Las Allanas del Calar de la Sima |
Desde que tomé la decisión, en 2021, de trabajar en la brigada helitransportada de Molinicos, la BIFOR 15, cada inicio de campaña de verano —cuando nuestra actividad se centra en las tareas de extinción de incendios— subo al Calar de la Sima. Es algo que forma parte de mí, de mi manera de agradecer a la montaña y pedirle protección de cara a la temporada. Nunca sabes lo que puede ocurrir, pero siempre sabes que no hay mejor alianza que la de la naturaleza para que te proteja, cunado todo falla..
Este año, y en algún otro, me acompaña mi hijo Bruno. También él se siente motivado por este lugar, y, a pesar de su juventud y de otras apetencias propias de su edad, nunca muestra desánimo cuando le digo que 'subimos al Calar'. Para él es también una forma de entender que existen otras cosas más allá de lo que los jóvenes hoy en día tienen al alcance. ¡¡¡Él también lo disfruta!!!